De la sabiduría
Traducción y epílogo de Fernando Bahr
Colección Los ilustrados, 34
Dirigida por Bernat Castany Prado
El objetivo de esta obra es principalmente educativo: instruir al discípulo en un modo de pensar y actuar que, frecuente en la antigüedad, Charron considera que ha caído en el olvido, como parte y reflejo de una cultura enferma en la que los seres humanos “hacen todo a conciencia, excepto vivir”. Ahora bien, lo más singular del caso es que ese modo de pensar y actuar está basado en la epojé o suspensión del juicio.
El propósito de Charron, en todo caso, no es enseñar para el “claustro”, sino para el mundo, la vida común y civil; por ello, sostiene, es imprescindible aprender a “considerar, juzgar, examinar todas las cosas y no obligarse ni atarse a ninguna, sino permanecer en sí libre, universal, abierto y listo para todo”. Sólo así será posible un reencuentro con la naturaleza olvidada.
Pierre Charron nació en París en 1541 y murió en la misma ciudad en 1603. Tuvo distintos cargos eclesiásticos y llegó a ser un predicador de renombre. Publicó tres obras: Les trois vérités en 1594, Discours chrétiens, en 1600, y De la sagesse o De la sabiduría entre 1601 y 1604. Esta última, a la que debió su fama, fue considerada “un semillero de irreligión y ateísmo”.
A pesar de ello, tuvo treinta y nueve reimpresiones entre 1604 y 1672. Para algunos, fue sólo un divulgador y vulgarizador de las ideas de su gran amigo Montaigne, cuyos Ensayos están presentes en toda su obra. Charron se hallaba muy cercano a los “libertinos eruditos” y puede decirse que De la sabiduría es algo así como su acta de fundación. Su influencia en los autores del siglo XVIII fue grande, en especial en Rousseau.
El traductor del libro es Fernando Bahr, doctor en Filosofía por la Universidad de Oviedo, profesor titular de Filosofía Moderna en la Universidad Pedagógica Nacional (Argentina). Su área específica de trabajo es el escepticismo moderno. Ha traducido y editado obras de Bayle, Vanini, La Mothe Le Vayer y el barón de Holbach. Actualmente es director de la revista Siglo Dieciocho.
«En la década de 1580-1590, Pierre Charron conoce a Michel de Montaigne. El acontecimiento es una suerte y una maldición. Sus conversaciones permanecerán veladas a pesar de que uno y otro libro [los Ensayos y De la sabiduría] contienen largas e importantes exposiciones sobre la amistad» (Michel Onfray).
«Aunque Charron no fue un philosophe adelantado a su tiempo —era un sacerdote y un teólogo—, los valores que celebra, en homenaje abierto a sus romanos preferidos, son los valores de la Ilustración» (Peter Gay).




