Obras completas
Wolfgang Borchert
368 páginas
Traducción de Fernando Aramburu
La obra de Wolfgang Borchert es "la de un hombre que se sabe agonizante", según escribe Fernando Aramburu en su epílogo. Unas 300 páginas bastaron a Borchert para alcanzar el rango de clásico de las letras alemanas del siglo XX. Como Büchner, Lautréamont o Radiguet, Borchert, muerto a los 26 años, unió la excelencia artística y una muerte temprana. Un puñado de cuentos, otro de poemas y una obra de teatro son sus Obras completas, publicadas aquí por primera vez en castellano. Cadáveres que arrastra la corriente, despedidas en estaciones, trenes nocturnos cargados de soldados rumbo a la muerte... Borchert inauguró en Alemania la literatura del trauma y de las ruinas.
Wolfgang Borchet nació en Hamburgo en 1921. Vivió apenas 26 años y en sólo dos escribió su obra, recogida toda ella en este volumen. Fue librero y actor ambulante. En 1940 fue detenido por la Gestapo acusado de haber escrito poemas subversivos. Poco después fue llamado a filas y participó en el avance de las tropas alemanas hacia Moscú. Se le imputó haberse disparado en un dedo con el fin de ser evacuado del frente ruso. En 1942, enfermo de difteria y hepatitis, fue enviado a un hospital de Núremberg, bajo la amenaza constante de ser condenado a muerte. En 1943 viajó a Hamburgo, donde fue testigo de la destrucción de la ciudad por los bombardeos aliados. En 1944 fue internado en la prisión de Moabit y en 1947 murió en una clínica de Basilea.
"Háganse un favor: léanlo. Y no sólo por ser un alegato demoledor contra la guerra. También y sobre todo porque, a pesar del negro pozo del que surge, esta obra es un canto a la vida" (Marc Soler, La Vanguardia, Cultura/s)
"Wolfgang Borchert, efectivamente uno de los descubrimientos de la temporada, funciona en el alma como el Eclesiastés: si tienes miedo, mírale a los ojos. [...] Con magnífica traducción del novelista Fernando Aramburu, estas Obras completas (Laetoli) sellan en la mente un conjunto de escenas sacadas de ese infierno que ni siquiera podemos imaginar (el verdadero), mientras el cielo derrama todas sus reservas de ternura. [...] A ratos poético, a ratos seco como un sarmiento, a ratos letanía, pisando la realidad y la visión, el texto de Borchert es de un inconmensurable amor por todo, por todo lo perdido y también por todo lo que la literatura reconquista al sufrimiento humano. Pocas veces el lector se encontrará con algo así, pocas veces se sentirá tan orgulloso de las palabras, tan reconciliado con el mundo" (Alejandro Gándara, blog El escorpión).
"Gracias a la editorial Laetoli, cuyo breve catálogo está dando más de una sorpresa, y a la excelente traducción del novelista Fernando Aramburu, ahora podemos sumar al inventario de jóvenes inmortales a Wolfgang Borchert [...]. El efecto salmódico de estas frases, las repeticiones obsesivas que se anticipan a Thomas Bernhard, no traen ningún consuelo" (Carlos Pardo, Público)
"Hay ocasiones en las que uno se topa con un libro de forma inesperada: no ha oído hablar del autor, pero llega hasta él de una u otra forma [...]. Ese encuentro, ese descubrimiento, resulta ser casi una revelación: ese autor, o ese libro, parece convertirse en EL autor o EL libro que uno andaba deseando desde hace tanto tiempo [...]. La emoción indescriptible de hallar un tesoro hasta entonces desconocido es impagable. Eso es lo que me ha ocurrido con los cuentos de Wolfgang Borchert. [...] Borchert es magistral. Pocas veces he aplicado este adjetivo con tanto convencimiento como ahora. [...] Sólo puedo terminar este comentario diciendo una cosa: corran a su librería, o biblioteca más próxima y háganse con este libro. Ya. Ahora mismo. No se arrepentirán" (S. Molina, blog Solo de libros)