El brezal de Brand
Arno Schmidt
180 páginas
Traducción del novelista Fernando Aramburu
"El acontecimiento literario de 2012 [...] será, al menos para un puñado de lectores que no confunden capachos con berzas, la traducción de la trilogía de Arno Schmidt —Momentos de la vida de un fauno, El brezal de Brand y Espejos negros— reunida en un sólo volumen [en Mondadori, edición de bolsillo] y precedida de un excelente prólogo de Julián Ríos, con el título de Los hijos de Nobodaddy, término este acuñado por William Blake para designar al Dios colérico de la Biblia que, desde su desdichada invención, no deja de amenazar con sus castigos a las criaturas reacias a ingresar en su rebaño y a obedecer mansamente sus órdenes" (Juan Goytisolo, El País, Babelia).
Arno Schmidt es un autor fundamental de la literatura del siglo XX. Sus estructuras novelescas rompedoras, su gusto por la experimentación y los juegos de palabras, de raíz rabelaisiana y joyciana, su ácido sentido del humor y la sátira, su pesimismo radical, hicieron de su literatura un mundo aparte en la literatura alemana posterior a la Segunda Guerra Mundial. Arno Schmidt es un autor de culto, casi secreto, y también un escritor de escritores.
Este libro de 1951 —todavía inédito en castellano— es el segundo volumen de la trilogía Nobodaddy's Kinder (1963). El primer volumen, Escenas de la vida de un fauno, fue publicado por Fundamentos en 1978; el tercero y último, Espejos negros, por Minotauro en 2001.
"Los amantes de la obra de Arno Schmidt —uno de los grandes desconocidos de la literatura alemana de posguerra— están de enhorabuena. Finalmente, se ha traducido —y estupendamente— El brezal de Brand [...]. Ojalá que Aramburu se anime a seguir" (Cecilia Dreymüller, Revista de Libros)
"Excelente traducción al español" (Julián Ríos, Quimera)
"Quien se interna en esa tremenda escritura no tardará en rechazarla o en sentirse muy atraído por ella; en el segundo caso la instantaneidad, la ruptura continua, el formidable artificio literario lo atraparán sin remedio, con toda su dificultad e incluso sus lagunas de lectura. En cierto modo, Schmidt es un iluminado de la literatura que escribe desde el centro de la misma. Y no hay que dejar de alabar y con gratitud el esfuerzo extraordinario de Fernando Aramburu en su meritorísima traducción del libro" (José María Guelbenzu, El País, Babelia)
"Arno Schmidt ha sido uno de los cuatro o cinco grandes autores del siglo XX (aunque es muy probable que a usted ni le suene su nombre... Mejor: ¡ya tiene una sorpresa por delante!)" (José Antonio Millán, jamillan.com)
"El brezal de Brand, una novela fragmentaria que documenta los comienzos como escritor de su autor, es un ejemplo magistral de la prosa experimental de Arno Schmidt, en la que predominan los juegos de palabras, los neologismos, el monólogo interior de corte joyceano, el lirismo, las referencias culturales o la reflexión erudita, unas características que hacen de su traducción una labor ardua, minuciosa, llena de dificultades, y que acrecientan el mérito de la espléndida versión ealizada por Fernando Aramburu" (Manuel Maldonado, Revista de Filología Alemana)
"No se puede no leer a Arno Schmidt. Tarde o temprano se llega a él, porque es así, porque está allí. Siempre hay un momento en que su nombre aparece (Saer lo dejó escapar en una de sus últimas entrevistas, Luis Gusmán le rinde tributo, Luis Chitarroni le rinde pleitesía, el que escribe esto lo considera un semidiós), y como ocurre con ciertas mezclas alcohólicas, una vez que se lo prueba no se puede prescindir de él. ¿Por qué? Porque obliga a cambiar de rumbo, por lo tanto obliga a que uno lo recuerde todo el tiempo, porque de una otra forma lo que consiguió es cambiarnos la vida" (Guillermo Piro, Wimbledon, Buenos Aires)
"Arno Schmidt es original, inteligente, divertido; puede ser corrosivo y enternecedor en dos renglones seguidos" (José Ovejero, El Cultural)
"Qué pasa con Schmidt. Que hay que leerlo con lectura flotante. Si quieres pasar un buen rato, lo mejor es que te vayas a ver una de Ben Stiller. Aquí se trata de que vas tragando lo que te cuentan sin estar pendiente de lo que significa, ni del sentido que tiene la historia. Algo se te queda en la cabeza a fuerza de leer: impresiones, imágenes, historias sin relato… Es otra forma de leer y por eso lo traemos aquí, fuera de lo bueno que es. Lees y lees hasta que algo pasa, y tú como si no estuvieras ahí" (Alejandro Gándara, blog El escorpión)
"Che, ¿vos leíste a Arno Schmidt? Es un alemán que se nos parece un poco, es decir que es terriblemente intelectual y al mismo tiempo está más vivo que un gato de azotea" (carta de Julio Cortázar a Francisco Porrúa)