Diccionario de ateos


25,00 € (IVA incluído)

ISBN : ISBN 9788492422586

Diccionario de ateos

Maréchal

Colección Los ilustrados, 8

Epílogo de Stéphanie Roza

 

"Una joya de cuya existencia no tenia noticias" (Mario Bunge).

 

"A punto estoy de recomendarles [a los periodistas italianos] que lean el recién traducido 'Diccionario de ateos' (Laetoli), de Sylvain Maréchal, subversivo pensador del Siglo de las Luces" (Fernando Savater, El País).

 

"A veces se reedita algún clásico del género, como [...] el muy audaz y libertario Diccionario de ateos de Sylvain Maréchal (1750-1803), periodista enragé comprometido con el ala más radical de la Revolución Francesa, cuya obra constituye un increíble catálogo de citas en defensa de la causa de los 'sin dios'” (Manuel Rodríguez Rivero, El País, Babelia).

 

"Un pensador que ha desaparecido, también él, de la circulación intelectual contemporánea" (Michel Onfray).

 

"La Editorial Laetoli está llenando un gran hueco en la historia del mundo hispano al publicar muchas obras de la Ilustración, en particular su franja radical, la encabezada por los redactores de la Enciclopedia, como Diderot, Holbach, Helvétius, La Mettrie, Meslier y otros autores de miles de textos prohibidos o aun incinerados por los custodios del antiguo régimen, que muy pronto sería víctima de la invención del doctor Guillotin.  Ese potente movimiento de nuevas ideas, que ahora atraviesa los Pirineos con casi tres siglos de retardo, fue 'el que más contribuyó a conformar los valores sociales y culturales básicos de la era post-cristiana', como escribe uno de los máximos expertos en ese movimiento (Jonathan Israel, Una revolución de la mente, [Laetoli]). Él mismo agrega que ese tipo de pensamiento 'también se ha convertido en la principal esperanza e inspiración de numerosos humanistas, igualitarios y defensores de los derechos humanos asediados y hostigados' en una época en que resurgen el fanatismo, la opresión y el prejuicio" (Mario Bunge, Perfil, artículo completo aquí).

 

"Cuánto hubiese disfrutado Borges hojeando este libro, lleno de noticias curiosas, paradojas incómodas, refutaciones brillantes y valentías ocultas. Todo ello acompañado por los comentarios mordaces de un Sylvain Maréchal enemigo de la disimulación, fanático de la tolerancia y apologeta del spinozismo, que llegó a considerar que el ateísmo era la religión natural de los hombres de la edad de oro y de los buenos salvajes, mientras que la religión es el pecado original que nos expulsó de una forma sana y natural de vivir la vida [...]. Más profundamente laico, Maréchal no cree que uno necesite ser un superhombre, un contradiós, un nihilista activo, para ser ateo, sino, simplemente, un ser humano cabal, que cree de forma natural en la posibilidad de alcanzar la felicidad y la virtud en el reino de este mundo. Ecce vir" (Bernat Castany, Zenda).

 

"Contrariamente a lo que da a entender su título —escribe en su epílogo la profesora de la Sorbona Stéphanie Roza—, el Diccionario de ateos no es un catálogo biográfico de los ateos más ilustres de la historia. Se trata más bien de un repertorio imponente de citas favorables no sólo a la tesis atea, pues también pretenden cuestionar los dogmas en general. Las citas y los ejemplos buscan igualmente rehabilitar la moralidad de los ateos frente a las acusaciones de que son objeto [...]. Hay que ver en el diccionario un intento de recopilar argumentos destinados a reforzar la posición tanto teórica como moral del ateo".

 

Sylvain Maréchal nació en París en 1750 y murió en 1803. Poco más de 50 años vividos en una época tumultuosa y fascinante: la de la Revolución Francesa. Fue periodista, escritor en diversos géneros (poesía, drama, libelo), filósofo, y también hombre de acción comprometido con la sección más izquierdista de la Revolución: los sans culottes, los enragés. Colaboró con Gracchus Babeuf en la «Conjura de los Iguales» y suyo es el escrito fundacional: el Manifiesto de los Iguales. Se ha dicho que este manifiesto fue la «expresión libertaria» de la Revolución, y su influencia posterior ha sido enorme.

 

Tras el fracaso de la conjura, del que se salvó azarosamente, Maréchal volvió a uno de sus intereses fundamentales: el ateísmo. Este miembro fundador de la «Sociedad de Hombres sin Dios» (o «S. H. D.») se propuso realizar un diccionario que fuera una revindicación del ateísmo: un Diccionario de ateos antiguos y modernos. Stéphanie Roza escribe en su epílogo:

 

"Por encima de las apariencias, el texto es portador de una utopía social que engloba todas las dimensiones de la existencia humana. El ateísmo de Maréchal va más allá de la opción meramente filosófica. Desde luego, no se trata de una decisión ética puramente individual sin consecuencias colectivas sino, más bien, de un arma fantástica dirigida contra el mundo social no igualitario, opresivo, alienante. Un arma de emancipación que Maréchal pone en las manos de sus lectores esperando que la utilicen correctamente".

 

"Proyectos como éste de Laetoli, además, nos acercan a textos como los que ha editado de Holbach, Helvétius o Meslier, como su Memoria contra la religión, y que rescata así libros esenciales en el desarrollo de nuestra cultura actual pero que, por diversos avatares, corrían el peligro de ser preteridos a las estanterías de libros para coleccionistas e integrados en una memoria del ateísmo poco menos que folclórico y no reconocidos en lo que son, clásicos del pensamiento de la Modernidad" (José Ángel Juristo, Cuarto poder).

 

"Voltaire predicaba tolerancia y la libertad de religión. Hizo un recuento de las mentiras que precedieron a los crímenes [de la Iglesia católica], pero no quiso (por prudencia) escribir una historia completa. Tampoco lo hicieron otros grandes ateos de su tiempo, aunque algo se esbozó en la Enciclopedia que dirigió Diderot, y en libros de los grandes ilustrados franceses, que van llegando a España de la mano de la editorial Laetoli, como todo Holbach y la imponente Memoria contra la religión de Jean Meslier" (Juan G. Bedoya, El País).

 

"Y es que Maréchal lo tiene claro, la guerra no es sólo contra la idea de Dios, sino de lo que ella implica, es decir, de su uso entre los poderosos para doblegar y someter, porque ahí es donde la quimera Dios conquista su realidad y se hace realmente poderosa y dañina. De este modo, el ateísmo se revela como una posición ante todo política. Pero lo mejor de este Diccionario queda aún por decir, ya que a nivel estilístico su lectura es un placer: afilado, porta un humor realmente sutil, un no-sé-qué que hace que avance como un relato que, lejos de aburrir, sobrecoge y emociona. Lo que hace de este libro una pica luminosa en esa batalla sin término que, a pesar de librarse en la sombra de la Historia, no lo olviden, la determina de manera radical" (Gonzalo Muñoz Barallobre, Tarántula).

 

"Es una obra que ayuda a captar el clima ilustrado y antirreligioso vinculado a la revolución francesa" (J. A. Estrada, Proyección).


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«La editorial Laetoli está llenando un gran hueco en la historia del mundo hispano al publicar muchas obras de la Ilustración, en particular su franja radical»

Mario Bunge

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